El Museo Felícia Leirner realiza una conservación preventiva de sus esculturas para evitar que se desgasten con el paso del tiempo.
En general, los factores ambientales que dificultan la conservación de las obras de arte al aire libre son la humedad, la temperatura, la luz, los gases contaminantes, la acción de hongos e insectos, así como el vandalismo de las personas.
La humedad es la causa más común de degradación de los objetos. En este museo, la humedad del aire y las lluvias pueden provocar grietas en los objetos de cemento y corrosión en los de metal.
Las esculturas del acervo del museo reciben un tratamiento constante que incluye la limpieza con agua, la restauración de la base, el monitoreo y la vigilancia. El tratamiento de conservación de las obras de cemento incluye la eliminación de la pintura, el sellado de grietas y el repintado.
Las obras de bronce, tras limpiarse con agua y un cepillo suave, no se pulen. Tienen una fina capa de oxidación, llamada pátina, que se mantiene para proteger el metal y que puede tener diferentes colores formando manchas. El uso de cera pigmentada deja cada pieza con un color uniforme y también ayuda a proteger las obras.